martes, 24 de diciembre de 2019




Capítulo.-54
Don Zacarías el ladino.



No habían terminado de desaparecer todos los gatos, que a la caza de comadrejas se dirigían por el encinar, según lo acordado con Don Zacarías, cacería en la cual iban a hacer una jornada de trabajo especial por lo escurridizas y hábiles que estas son, cuando Don Zacarías me ordenó esperarle un par de minutos, lo que tardaba en coger la red acerada que en su día y como por “arte de magia” se introdujo en su maletín; en un descuido que los perros nazis, cuando la Secretaría de Igualdad estaba dirigida por la gatanazi Bibiana Aído, le capturaron para vacunarlo, o al menos eso es lo que me dijo, pero para mí que lo que ocurrió fue que se la robó descaradamente.
Una vez que regresó con la red acerada, nos dirigimos a la nave donde cría lo ratones “coloraos” y con una piedra golpeó fuertemente la puerta antes de abrirla, una vez abierta entramos con la mayor rapidez posible, cerró rápidamente y sorpresa, al fondo de la nave había una gran cantidad de comadrejas asustadas en un rincón, a las cuales les lanzó la red y al primer viaje que tiró la red, todas quedaron aprisionadas en esta. Se volvió hacia mí y me dijo: lo que sospechaba, si dejaba la puerta de la nave abierta durante toda la noche, estas entrarían a cazar los ratones, lo que no sospechaban es que los barrotes de acero reforzado de las grandes jaulas donde los tengo encerrados, ordené que estuvieran tan juntos unos de otros cuando me las fabricaron, que estas jaulas son a prueba de hasta serpientes, de las más diminutas. Una vez que fue sacando las comadrejas de la red, les daba un mordisco en la nuca y así y en un momento mató más de cincuenta, una vez muertas , las envolvió en la red y en forma de atillo - me dijo- que se las llevara a los frigoríficos de la cocina, donde las deposité en su compañía.
Terminada la operación que para cazar las comadrejas que, con mucha astucia, había planeado, me comentó que hoy le enviarían un medio de transporte nuevo que no consume carburantes, pues tal y como el Presidente del Gobierno está llevando los recortes y con la subida del IVA, la vida se nos va a poner muy dura a los gatos españoles, lo de Grecia no va a ser nada comparado con lo que va a ocurrir en este País que el felón de zETAparo dejó hecho una piltrafa. Tengo que atender a los reparadores de la sala de video conferencias que, en tan mal estado la  dejamos, que no queda otro remedio que repararla, hoy a media mañana vienen a hacer un presupuesto, en estas conversaciones, o mejor dicho en este monólogo estábamos, cuando apareció una furgoneta en la pista que desde la entrada del encinar, llega hasta la casona, esta pista, además, tiene varios ramales que permiten recorrer todo el encinar con todo tipo de vehículos.
Cuando la furgoneta se detuvo, se bajaron dos gatos que se dedican a construir bicicletas especiales para los de su especie y sacaron de ella la que Don Zacarías había encargado, en mi vida había visto un modelo semejante de bicicleta, sabía que en sus orígenes sí existieron modelos parecidos a la que Don Zacarías había ordenado fabricar para él  y poder desplazarse por el encinar montado en ella.
Los dos constructores saludaron a Don Zacarías, a los que cortésmente me presentó y les indicó el lugar exacto donde quería que se la dejasen, les ordenó que la llevasen a la sala de video conferencias, estos sacaron un soporte de madera barnizada que instalaron en el lugar indicado por Don Zacarías y encima de él dejaron la bicicleta, por cierto, desde que estuvo de vacaciones, tiene la costumbre de acopiar carteles de publicidad de turismo y que ha pegado adecuadamente en las cristaleras de la citada sala, con el fin de recordar las ciudades que visita. Lo que me extraña es que de la ciudad de Roma no se trajera ninguno como recuerdo, cosa que a la menor oportunidad que tenga le preguntaré, a ser posible, esta mañana mismo y la oportunidad llegó una vez que les pagó la bicicleta a los fabricantes de la misma y estos se marcharon.
 Cuando le pregunté que por qué no había traído algún recuerdo de Roma, en un principio se hizo el remolón, pero cuando le insistí, me confesó que en Roma, a la cual llegó en avión en compañía de Don Patrocinio, solamente hicieron turismo nocturno en varios clubs de alterne, donde aprovecharon para pesarse con unas gatas romanas durante las dos noches que en la Ciudad Eterna permanecieron y al tercer día, -continuó- nos presentamos en el Vaticano con la idea de dejar el dinero negro obtenido de la venta de la leña y el corcho en el I.O.R., nos atendió un alto prelado que si no recuerdo mal se le conoce como “Monseñor 500 Euros” y cuando le comentamos nuestras intenciones con respecto al destino que queríamos dar a nuestro dinero, nos pidió que se lo mostrásemos, a lo que accedimos y le abrimos varios maletines en los que portábamos el dinero, no todos, pues una vez que vio que la gran mayoría eran de color verde se negó a cumplir con nuestro deseo, pues según él los únicos billetes que admitía el I.O.R. tenían que ser de color púrpura, el color que para la Iglesia representa “penitencia y duelo” y que a esto y no a otra cosa es a lo que esta se dedica desde tiempos inmemoriales.
Ante esto alquilamos un vehículo de lo más barato que encontramos y en él nos dirigimos a un banco suizo donde no nos pusieron ningún problema por el color de los billetes, en él hemos dejado varios centenares de miles de euros. En este banco y en lo que hacíamos cola ante la caja en la que íbamos a ingresar el dinero, delante de nosotros a Don Patrocinio le pareció reconocer a Luis Bárcenas, más conocido por Luis el Cabrón, el motivo de dejar el dinero en Suiza no es otro que  la banca española no es de fiar, más que banqueros, en España tenemos ladrones de guante blanco. Ni Curro Jiménez puede compararse con estos.
Una vez realizados los depósitos en los bancos suizos y a través de la Costa Azul francesa, hemos vuelto al encinar en el coche alquilado.
Es decir, que Usted y Don Patrocinio, al igual que cierto emperador romano, al que una vez pilló en la cama su señora esposa, con una ciudadana romana y ante las explicaciones que esta le pidió no se le ocurrió decir más que se estaba pesando en la romana.
Mejor explicación que esta no has podido encontrar, lo único de lo que nos arrepentimos es que por estos hechos, no recorrimos en peregrinación  la Ciudad Santa, vergüenza nos daba.
En esto estábamos, cuando llegaron los reparadores de los asientos y del parquet, los cuales dijeron que había que cambiar la tapicería de una docena de asientos y el parquet, estaba en tan mal estado que había que poner una parte de él nuevo y otra parte acuchillarla y que en dos días le pasarían el presupuesto de los destrozos causados durante el partido entre España y Portugal en la pasada Eurocopa.
La hora de la comida se nos ha echado encima, una vez que hemos comido, Don Zacarías se ha ido a dormitar un rato, al menos hasta que los demás lleguen con las comadrejas cazadas, algo que está previsto que ocurra a media tarde.




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