Capítulo.-26

Don Zacarías en época de elecciones.

A las siete de la mañana ha llegado Don Zacarías a mi apartamento, a pedirme prestados dos rotuladores de los más gruesos que tuviera, pues tiene que hacer publicidad en la actual campaña electoral.

¿Es que eres candidato a algo? Le pregunté.

No soy candidato a nada, pero han dejado por lo menos cuatro carteles diferentes en la parte exterior del muro del jardín y voy a dejar en cada uno de ellos mi muy particular opinión a cada uno de los candidatos que aparecen en ellos, en menos de diez minutos. Así es que tienes un cuarto de hora para presentarte en el jardín, pues tienes que tomar nota de lo acontecido a Don Patrocinio con el Psicólogo a la hora de realizar el test al que fue sometido.



Cuando he llegado al jardín Don Zacarías estaba terminando de rotular el último de los carteles electorales que varios partidos políticos habían dejado pegados en la pared exterior del muro del jardín, Don Patrocinio, Froilán, Antonio, Lázaro y unos cuantos vecinos observaban la labor que Don Zacarías estaba llevando a cabo, dándose una vez más, la escena típica de España, uno trabaja y siete u ocho observan y comentan si queda o no queda bien hecho el trabajo, cada uno da su opinión, de estas, aunque hubiera un millón de observadores, no coincidiría ninguna, pues cada cual tiene la suya propia. Cuando me he acercado a Zacarías y le he preguntado que por qué estaba escribiendo sobre los carteles electorales, Don Zacarías me ha contestado lo siguiente:

Los partidos políticos, nos hacen publicidad de sus candidatos y yo con la idea de economizar al máximo, les hago publicidad a todos ellos, pero en sus propios carteles, comprenderás que hay que economizar al máximo con la actual crisis y no voy a gastar absolutamente nada en hacer carteles, así es que pido tu opinión, para que me digas si la caligrafía que he empleado con estos rotuladores que me has prestado y lo que en ellos he rotulado ha quedado en las debidas condiciones.

Deja entonces que me retire a la distancia conveniente -dije- que tenga la perspectiva adecuada. Una vez que me retiré con la idea de ver lo realizado por Zacarías, pude leer que en el cartel del partido político en el cual, el candidato era el mismo de la campaña anterior, Don Zacarías había rotulado con una caligrafía impecable lo siguiente:

¡¡¡MISMO PERRO¡¡¡  ¡¡¡MISMO COLLAR¡¡¡

Si el partido político presentaba candidato nuevo, cambiaba un poco el texto, pero conociendo a Don Zacarías, ese mínimo cambio se podría pensar, que todo se debía a su afán de economizar, y en estos podía leerse:

¡¡¡DISTINTO PERRO¡¡¡  ¡¡¡MISMO COLLAR¡¡¡

Me he acercado a él y me ha dicho: Lo que si voy a rotular es un cartel al lado de estos en los que voy a escribir: “Antiguamente los pasquines en los que aparecían rostros de delincuentes, ofrecían recompensas; hoy en día, para estos delincuentes piden votos.

Don Zacarías, en el texto que ha rotulado coincidimos plenamente, en lo que no coincidimos es en el tamaño, esta tarde a lo más tardar, quiero verlo a mayor tamaño, no escatime tinta, pues al fin y al cabo, los rotuladores son míos y creo que desde la tienda, de la otra acera, no se puede leer lo rotulado en las debidas condiciones.

Luego vuelvo y tomo nota de lo que Don Patrocinio quiera comentar.