Capítulo.-28
Don Zacarías de cocinero
Los análisis efectuados por el veterinario, a la garrapata que Don Zacarías tenía detrás de la oreja, no han podido ser mejores, esta mañana me comunicó que por fortuna eran negativos, es decir, la garrapata no estaba infectada de ninguna de las enfermedades de las que suelen ser portadoras, pero no todas las noticias eran buenas, Akila había tratado de confrontar al mismo tiempo todas las declaraciones hechas hasta el momento, las de las dos testigos y las cinco realizadas por Bibiana Ahuído, la realizada en comisaría en el momento de poner la denuncia, la del día siguiente en el juzgado de violencia de género, donde se ratifica en lo denunciado en comisaría, la realizada ante la Guardia Civil el día de autos, la realizada en el mismo Juzgado de violencia de género a instancia del Letrado Sr. Mínguez y la realizada como consecuencia de la querella que Patrocinio le ha interpuesto por denuncia falsa. En opinión de Don Zacarías había cometido un error de bulto al tratar de resolver el galimatías que forman en conjunto tantas declaraciones, pues el único resultado que había obtenido era un dolor de cabeza, tan fuerte, que estaba en lo rayano, de que pudiera quedar afectado de forma crónica de migraña.
Abajo en el refugio se
encuentra –continuó contándome- acompañado de Patrocinio, que de vez en cuando
le suministra una tortilla de aspirinas, ya hasta he perdido la cuenta, no sé
si esta noche he hecho una decena de ellas o una docena, lo peor no ha sido el
dineral gastado en comprar una caja de tamaño hospitalario que como sabrás
contiene quinientas cajas de las que normalmente suelen recetar los
veterinarios, lo peor ha sido estar al lado de la lumbre cocinando, con el
calor que esta desprende y el que hace este mes de Agosto, he sudado mucho y he
tenido que hidratarme constantemente, cinco litros de leche he ingerido, jamás
pensé que se podía tomar tanta leche en una sola noche, he tenido que atizar la
lumbre y de tanto andar con los tizones, estoy tan sucio que más que un
cocinero, parezco un carbonero.
Bajemos a verlo –dije- a
ver si se recupera y le comentaré que no trate de compararlas todas al mismo
tiempo, sino que las compare una con otra o a lo sumo una de ellas con otras
dos, hasta que consiga aclararnos algo sobre ellas, cosa que yo personalmente veo
difícil, pero el experto es él y creo que al final lo conseguirá.
Cuando hemos bajado a
visitarlo al refugio se encontraba recostado en unos cojines, la cabeza tapada
con otro cojín, pues la luz le molesta en demasía - según nos ha comentado- se
encuentra relativamente bien en comparación con los terribles dolores sufridos
en un primer momento, le ha agradecido a Don Zacarías el interés puesto en su
recuperación y en el buen hacer como cocinero de tortillas de aspirinas.
Sería conveniente
–prosiguió Akila- que esta noche leyeses la querella que el Sr. Mínguez, en
representación de Patrocinio ha presentado en el Juzgado, pues puede que me
sirva para entender mejor este complicado asunto y hoy me gustaría descansar y
dormir adecuadamente, para estar en la mejor forma posible cuando realices la
lectura de la citada querella.
Siendo eso lo que quieres
–dijo Patrocinio- no se hable más del asunto y duerme el tiempo que necesites
para que te recuperes satisfactoriamente, mientras, Don Zacarías y yo
trataremos de averiguar y si es posible localizar al propietario del encinar
que se divisa en la lejanía, pues he observado que las encinas están cargadas
de excelentes bellotas y estoy muy interesado en alquilarlo por no menos de
diez años, pues por lo que he calculado, a ojo de buen cubero, tiene la
extensión aproximada que más conviene a mis intereses, el interés que tengo en
su alquiler, no es otro que ampliar mis negocios y he pensado que podría criar
adecuadamente en ella varias piaras de cerdos ibéricos, calculo que con un
millar de ellos obtendría las pieles necesarias para poder aumentar la
producción de botas de alta calidad en mi negocio, eso sin contar los
excelentes jamones y demás derivados que obtendría de ellos, como pueden ser
los lomos para embuchar, pues el cerdo es un animal del que se puede aprovechar
todo y conozco criadores de ellos que se están enriqueciendo a más no poder y
como ya os he comentado mi mayor interés son las pieles, pero sin desdeñar la
carne que de ellos puedo obtener y que tan buenos y pingües beneficios pueden
reportarme, para un mejor aprovechamiento de la finca lo más conveniente sería
formar diez piaras de cien ejemplares cada una, con su correspondiente
cuidador, al que en lenguaje castizo conocemos como porquero, pero
antes es necesario localizar al propietario del encinar con el fin de
alquilarlo, cosa que conseguiré preguntando a cualquier gato anciano del lugar
y creo que el alquiler no me saldrá caro, pues se la ve abandonado y si llego a
un acuerdo razonable con el propietario, una vez localizado, los dos saldríamos
beneficiados, incluso hasta vosotros podríais sacar algún € si el negocio
llegara a buen término.
No, no, yo no voy –dijo Don
Zacarías- José Luis y tú acercaros a la finca colindante y preguntarle al dueño
de ella, pues mejor que este no creo que sepa nadie quien es el propietario del
encinar, mientras, yo voy a preparar otro par de tortillas de aspirinas por si
fueran necesarias y de paso ordenó a los tres pericos y al mirlo que
sobrevolasen el encinar con el fin de tener un informe completo de él, les
ordenó que a la vuelta le informaran del tamaño de las encinas y si estaban
cargadas de buenos y abundantes frutos. Yo permaneceré con Akila, pues no
quiero, que un invitado mío, se encuentre desamparado en ningún momento y menos
cuando su salud no es la mejor. A la hora de la comida, espero que esté
totalmente recuperado y pueda acompañarnos al restaurante “El Corral” y esté
con ánimos suficientes para despacharse un buen chuletón. Así es que todo el
mundo a sus quehaceres con la mayor diligencia.
Todos nos pusimos en marcha
con la mayor rapidez, Patrocinio y yo nos acercamos a ver al propietario de la
finca colindante al encinar, quien nos dio razón del domicilio y teléfono del
dueño del encinar, concertamos una entrevista con él a media mañana en el mesón
y en él y ante un buen rioja Patrocinio y Don Kerkus, pues así se llamaba el
dueño del encinar, un noble y venerado gato, ya entrado en peso y edad,
llegaron al acuerdo que el contrato del alquiler del encinar, sería por tiempo
indefinido, la forma de pago sería a cuenta de los beneficios que se obtuvieran
de las cortas a realizar en las encinas, pues hacía más de treinta años que no
se podaban, Patrocinio correría con todos los gastos de la limpieza de las
encinas y a la hora de vender la leña, el diez por ciento sería para Don Kerkus
y el noventa por ciento restante para Don Patrocinio, además de la corta que se
realizase tenía que proveer de abundante leña al dueño del encinar con el fin
de tener provisión de ella para la calefacción y la que necesitara para otros
menesteres en su domicilio, pues los fogones de su cocina funcionaban con leña,
todos los meses le proporcionaría un cochinillo y llegada la época de la
matanza le donaría el cerdo que Don Kerkus eligiera, la cerca electrificada del
encinar está perfectamente y como mucho hay que recargar las baterías, a cambio
de todo esto puedes tener en montaraza, no mil cerdos, puedes tener si lo
deseas hasta diez mil, pues hay tal cantidad de encinas y alcornoques que
puedes alimentar a todos ellos sin necesidad de gastar nada en piensos, cosa
que por lo demás no es conveniente, pues para tener un buen jamón ibérico, el
cochino, solamente debe alimentarse de lo que haya en el campo durante todo el
año. Puestos de acuerdo los dos en las condiciones del arrendamiento del
encinar estrecharon sus garras fuertemente y el contrato quedó sellado a la
antigua usanza, un pacto entre caballeros y en el momento de la despedida Don
Kerkus entregó a Patrocinio un manojo de llaves, cada una de ellas
perfectamente identificada, de las cochineras, de las naves, de la casona
solariega que en la finca había y que tenía más de quince habitaciones y otros
tantos cuartos de aseo, con la cocina perfectamente equipada y anexa a la
casona solariega, una nave con todo tipo de herramientas, listas y en perfecto
estado para poder hacer uso de ellas en cualquier momento.
Una vez sellado el pacto
entre caballeros Don Kerkus se despidió de nosotros, no sin antes desearle a
Patrocinio el éxito en el nuevo negocio que emprendía.
De vuelta al refugio hemos
encontrado a Akila como nuevo, su dolor de cabeza había desaparecido y estaba
comiendo un par de bolas de piensos con sabor “FAISÁN” que hicieron el efecto
que ya conocemos, de forma inmediata, los pericos y el cuervo le confirmaron a
Patrocinio todo lo que Don Kerkus había dicho, pues los edificios no se veían
hasta que no estabas encima de ellos debido a la cantidad de maleza y al espesor
de las encinas y alcornoques, también hay lodazales en varias zonas de ella y
agua en abundancia por doquier.
Patrocinio, conocedor de la
profesión de Lázaro, lo contrató de capataz de los gatos leñadores que
contrataría para entresacar las encinas de las ramas sobrantes, pero le obligó
a firmar un contrato en el cual y en una de sus clausulas constaba que no podía
sembrar absolutamente ninguna planta sin su previa autorización. A cambio
recibiría todo el alpiste que necesitase para una adecuada alimentación y el
uno por ciento de todos los beneficios que se obtuviesen de la explotación de
los porcinos, después de deducidos todos los impuestos correspondientes con los
que alimentamos a tantos parlamentos con sus correspondientes políticos y a
todos aquellos que el Gobierno quiera subvencionar.
Contrató en las mismas
condiciones a Froilán, a Antonio y al cuervo, estos con la misión de tener
controlados todos los movimientos que las diez piaras de cerdos realizasen y el
control de la valla electrificada por si en un momento determinado sufriera una
posible rotura y el control de que las baterías estuviesen siempre en las
debidas condiciones, con mi previa autorización contrató a Cora con el fin de
que controlase en secreto a los futuros porqueros que pensaba
contratar, advirtiéndole que el control que de ella esperaba y de los informes
que le tenía que proporcionar a él semanalmente, le informaría en privado.
A mí me contrató para que
le llevase la contabilidad, con sus balances trimestrales y el balance de fin
de año. A cambio de estos servicios tendrás un buen sueldo que de momento
dejamos sin especificar, pero con la garantía de que no te quejarás de tus
ganancias.
A mi amigo Don Zacarías
Moro Moro si le interesa, le pondré al frente de la explotación. Zacarías dime
si estás dispuesto a ello.
Dispuesto estoy y con ganas
de que comiences a traer los cerdos a la montanera, para que cuando empiecen a
caer las primeras bellotas no se desperdicie ninguna.
Antes –contestó Patrocinio-
tengo que contratar porqueros especializados, pero para ello me
tengo que poner en contacto con mi amigo J. Nuevo, que es en la actualidad
director de una reputada empresa de empleo temporal, para que me seleccione el
personal adecuado y que cumplan unos criterios muy estrictos, tengo
conocimiento que en la actualidad en algunas granjas de vacas les tienen puesta
música relajante y con ello han conseguido aumentar en un alto porcentaje la
producción de leche, en Japón hay granjas de cerdos que con la misma música han
conseguido aumentar el engorde de estos dándoles la misma cantidad de piensos,
pero con el cerdo en montanera, esto no es posible y tengo decidido que J.
Nuevo me seleccione diez porqueros que deben de cumplir dos requisitos
imprescindibles, que sean gatos licenciados o doctorados en Psicología,
quienes psicoanalizarán y darán charlas a los gorrinos diariamente, con
el fin de que lleven una montanera de lo más tranquila, pues estoy convencido
que con este método las pieles que de ellos voy a obtener alcanzaran una suavidad
en el momento de curtirlas que hasta este momento jamás se ha conseguido, pero
lo ideal serán psicólogos que el practicum de fin de carrera lo hayan
realizado al lado de un psicólogo de los que trabajan en los juzgados de
violencia de género, estos requisitos son imprescindibles para optar a porquero
de cualquiera de mis piaras de cerdos. En dos días posiblemente me
seleccione un par de docenas de ellos a un precio que no llegan ni a mil
euristas.
Ahora –prosiguió
Patrocinio- os invito a comer en uno de los reservados del mesón-restaurante
“El Corral” unos chuletones de buey que tengo encargados desde hace unos días,
pues eso y no otra cosa es lo que necesitamos y sobre todos nosotros Akila es
quien más lo necesita, pues le veo alegre y recuperado de la terrible jaqueca
sufrida en el desempeño de su trabajo.
Zacarías date un lavado en
el jardín y ponte tu traje de rayas azules y blancas, pues en tu nuevo cometido
esa será tu vestimenta habitual, tu contrato es especial y es uno de los muchos
requisitos que deberás cumplir en tu nuevo cometido. Durante la comida te
explico cómo funciona tu contrato.
Antes de nada hay que
surtir los comederos de los pericos –dijo Don Zacarías- y surtir de insectos y
alguna lombriz que otra al cuervo, me ducho y me visto adecuadamente.
En menos de treinta minutos
ya ocupábamos los respectivos asientos en el reservado del restaurante y en lo
que despachábamos los chuletones Patrocinio explico a Don Zacarías el contrato
que estaba dispuesto a firmarle, es un contrato que se usaba en la antigüedad,
posiblemente los griegos y los romanos ya conocieran este tipo de contrato,
pero al mismo tiempo es efectivo y te obliga a esmerarte al máximo en que los
cerdos reciban por parte de los porqueros-psicólogos la mejor y máxima
atención, con el fin de que engorden durante la montanera el máximo posible,
para que esto sea posible te sub arriendo el encinar en las mismas condiciones
y términos en que yo se lo he alquilado a Don Kerkus, a partir de este momento
el encinar es como si fuera tuyo y yo te entrego los mil cerdos de pura raza
ibérica que ya tengo apalabrados con un criador de ellos de la localidad de
Jabugo, en la provincia de Huelva, una vez que los cerdos estén aquí, los
pesamos en conjunto, pasada la montanera y a la hora de llevarlos al matadero,
los volvemos a pesar, la unidad elegida para el peso será la arroba y te pago
en función de las arrobas que hayan ganado en su peso y en función del precio
que en ese momento se dé en el mercado en la compraventa de cerdos ibéricos, es
decir, si han ganado una gran cantidad de arrobas en su peso, que
determinaremos en el momento de pesarlos para su venta, más euros ganarás, pues
a mí lo que me interesan son las pieles para mi industria de calzado, este tipo
de contrato Zacarías se le denomina “contrato de reposición” en casi
toda España y la mayor parte de Portugal, donde me parece que no se le denomina
así es en Extremadura, en esa comunidad me parece que este tipo de contrato se
le denomina contrato “Conlloc”, pero no me hagas mucho caso en esto, pues
ya sabes que el Derecho no es mi fuerte, lo mío es calzar gatas de mucho postín
y de la más alta alcurnia. Quiero que aceptes este contrato, pues es la única
forma que tengo de garantizarme que los porqueros-psicólogos, esos que vi
en el juzgado, que no pegaban un palo al agua, los vas a obligar a estar
pegando palos a las encinas, vareándolas durante toda la montanera con la
finalidad de que no queden bellotas en las encinas ni en los alcornoques y sean
consumidas todas por los cerdos y así engorden el máximo posible, solamente
advertirte que cuando alguno de esta profesión nueva que he creado, porquero-psicólogo,
tenga que varear un alcornoque, bajo ningún concepto puede arrimarse al tronco
del árbol, esa va a ser una de las misiones que le encomendaré a Cora y a Tony,
Tony es el perro de mi amigo Andrés, que me ha prometido que durante la
montanera me lo presta desinteresadamente y es toda una fiera, te ruego
encarecidamente que no corras el riesgo de que los porqueros-psicólogos se
arrimen al tronco de los alcornoques y no dudes en azuzarles los perros si es
necesario pues si se diera el caso de que alguno de ellos se arrimase al tronco
del alcornoque, no distinguirías quien de los dos es el autentico alcornoque.
Terminada la comida y
pagada la factura nos hemos ido a dormir la siesta, la lectura de la querella
puesta por el Letrado Sr. Mínguez en representación de Patrocinio, queda en
suspenso hasta la vuelta de Patrocinio, pues esta tarde va a la empresa de
empleo temporal con el fin de que su amigo le contrate los porqueros-psicólogos y
acto seguido emprende viaje para Jabugo con el fin de supervisar el embarque de
los cerdos en los camiones que los van a transportar y realizar los pagos
correspondientes, de esta forma Akila estará totalmente recuperado a su vuelta
y él no se pierde la lectura, calcula que en menos de dos días el personal para
el cuidado de los cerdos estará seleccionado por su amigo J. Nuevo y en tres
los cerdos ocuparan su lugar en el encinar.
Se ha despedido de nosotros
y ha rogado que a medida que vayan llegando los porqueros-psicólogos,
Don Zacarías los vaya instalando en la casona solariega del encinar y sean
tratados con el debido respeto, para alimentos y utensilios de limpieza e
higiene personal, me ha entregado seis mil euros, rogándome que compre todo lo
que se necesite, pero que como contable y para la mejor marcha del negocio, que
no se me olvide pedir la correspondiente factura por ínfimo que sea el gasto
realizado.
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