Capítulo.-13
La composición de los piensos
"FAISÁN"
Esta mañana he salido con
mi perra a dar un paseo y al pasar frente a La Casa con tos, hemos visto a Don
Zacarías ejercitándose, para estar en buena forma física, uno de los ejercicios
que estaba practicando era encaramarse en el árbol que hay en el jardín, con
una altura de más de tres metros, de un solo salto. Cuando nos ha visto ha dado
un salto desde el árbol y ha caído a nuestro lado, salvando una distancia de
más de nueve metros aproximadamente, una vez a nuestro lado nos rogó que le
permitiéramos acompañarnos en el paseo que íbamos a realizar y así podríamos
hablar distendidamente de temas que él consideraba de extrema importancia y que
no convenía que nadie más que nosotros oyera
Más que permitirle Don
Zacarías -le dije- le rogamos que nos acompañe, pues ya sabe que su compañía
nos es sumamente grata.
Hasta que no hemos
recorrido los cien metros que aproximadamente nos separaban desde los
apartamentos hasta el campo libre, ninguno de los tres hemos hecho ningún
comentario, pero una vez que nos encontramos en el campo y ya seguro de que
nadie podía oírnos, Don Zacarías tomo la palabra y dijo:
El día que llegaron los
piensos, no pude resistirme a la curiosidad, por mucho que lo intenté, de abrir
un saco de los afamados piensos, con sabor a “Faisán” y comerme dos bolitas de
ellos, bolitas que no pesan más que un gramo cada una de ellas, pero
inmediatamente noté, cual si de magia se tratara, que mis cuartos traseros de
los que andaba renqueante a consecuencia de las vacunas que la Secretaria de
Igual-da Doña Bibiana Aído ordenó ponernos, que mejoraban a marchas forzadas,
los dolores y traumas cesaron de forma milagrosa e instintivamente comencé a
pegar brincos y a correr como un poseso.
Dime Zacarías –le pregunté-
y como es que os dejasteis vacunar impunemente.
Así me gusta, que me tutees
pues no acabo, después de tantos años de llamarme Zacarías, a acostumbrarme a
lo de Don Zacarías. Te explico la movida que allí tuvimos. Luchamos contra una docena de perros policías
que nos rodearon, pastores nazis o alemanes creo que se llaman, que nazis por
aquellas dependencias había por todos lados, se les notaba en los trajes que
portaban, solamente les faltaba la esvástica, pero aunque en un principio
conseguimos mantenerlos a raya y viendo que no podían con nosotros, pues en un
momento noqueamos a cuatro o cinco de ellos, aparecieron otra docena de ellos
con redes aceradas y nos las tiraron de tal forma que no pudimos esquivarlas y
quedamos enredados en ellas y esa fue nuestra perdición, a partir de ahí nos
dominaron y no hubo forma de evitar que nos vacunaran y nos pusieran los chips
de identificación. Ese día he sufrido yo la mayor humillación de mi vida, una
afrenta peor que si me hubieran bautizado con agua. Esto solamente es
comparable con las afrentas que diariamente sufren los acusados de maltrato de
violencia de género, que parece ser que aunque todos los días hay más de
cuatrocientas denuncias relacionadas con la violencia de género y son detenido
instantáneamente, resulta que en la realidad trescientas cincuenta de ellas son
falsas, aunque ocultan las encuestas, la verdad, siempre termina por imponerse
y desde esa secretaría y desde ese ministerio, es desde donde se fragua todo
esto. Eso sí, el Sr. del talante es el promotor de todas estas Leyes, que los
de mi comunidad estamos soportando con estoicismo. En un descuido que tuvieron, la red se metió como por arte de magia en mi
maletín y en él sigue guardada todavía, ya le sacaré rendimiento en alguna
ocasión, ya veremos.
En cuanto a los piensos con
sabor a ratón colorao –prosiguió Zacarías- ya se sabe que el alquimista que los
inventó es el mismo que el de los piensos con sabor a “Faisán”, con los de
sabor a ratón colorao, me ha mejorado mucho la memoria, de tal forma que mi
cerebro ahora es como una gran enciclopedia y he vuelto a recordar cosas que ya
tenía olvidadas, hasta he recordado que esos piensos salieron publicados en la
prensa por primera vez en tiempos de los GAL. De estos otros piensos con sabor
a “FAISÁN”, mandé una bola de ellos al laboratorio de un amigo que al igual que
el Sr. Rub Al Cabra es un alquimista afamado, pero que no
se dedica a la política y me ha mandado la composición de ellos, os la voy a
decir, pero os ruego que esto quede entre nosotros, ni los pericos deben
enterarse y menos Lázaro que se pasa el día como una cotorra, aquí la
tengo.
Zacarías sacó un folio del
bolsillo y me lo entregó. En él constaba la composición de los piensos:
1.-
Arroz chino, del que Felipe González fue el encargado de negociar el contrato
en aquel viaje que hizo célebre, aquello de que no importaba que el gato fuera
blanco o negro; lo que importaba era que cazara ratones.
2.- Conservantes: casi doce millones de votos o
más.
3.- Oxido
férrico, proveniente de unos trenes de cercanías que unos desalmados volaron en uno de los días más aciagos de
la historia de España. De este componente, solo se encuentran vestigios.
4.- Carne de Faisán, posiblemente criado en Irún.
5.-
Restos de pelo, en cantidades casi indetectables, posiblemente de la cabeza de
Rub Al Cabra. Esto a falta de realizar pruebas de ADN, NO ES DEFINITIVO.
6.-Aromatizantes:
Titadyn.
7.-Y vale
ya. (Ignoro que componente es este).
Una vez
leído se lo he devuelto, lo ha guardado en el bolsillo del que lo sacó y dijo:
DESDE AHORA, QUE YA HACE BUEN TIEMPO Y HASTA QUE LLEGUEN LOS NUEVOS FRÍOS, LAS
LECTURAS SE HARÁN EN EL JARDÍN, AL ANOCHECER.
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