Capítulo.-60
Operación PERICO.
Unos días antes de la Semana Santa se presentó en “El Encinar” Don Kerkus,
la visita tenía como fin el que Don Patrocinio le hiciese una oferta
medianamente aceptable por la venta de “El Encinar”, a lo cual estaba
dispuesto, pues sus hijos no tenían intenciones de trabajarlo y menos sus
nietos, sus hijos, todos ellos, con profesiones liberales y grandes sueldos a
lo más que podían aspirar era a dejarlo que se estropearan las plantaciones y
perdiera el valor que tenía. Después de unos cuantos tiras y aflojas los dos
llegaron a un acuerdo y cerraron el trato, el cual quedaría plasmado ante
notario una vez resuelto el papeleo y todo pagado a través de transferencia
bancaria una parte y otra en dinero “en negro”.
Una vez que todos los trámites se llevaron a cabo, Don Patrocinio Herrero
constituyo una Sociedad Anónima en la cual conservo a su nombre el setenta y
cinco por ciento de las acciones, a Don Zacarías Moro Moro le regaló un diez
por ciento a mí otro diez por ciento y el cinco por ciento restante lo distribuyó
a partes iguales entre el resto de los trabajadores que en “El Encinar” prestan
los diversos trabajos que en él hay que desempeñar y todos firmamos a cambio de
la correspondiente nómina de ese mes, que aunque no la cobramos, si la firmamos
y además con alegría pues las acciones superaban en valor a diez nóminas
mensuales.
Ese mismo día salió Don Zacarías con su banda de “Los Festines” con los que
estuvo fuera de “El Encinar” y regresaron todos ellos al tercer día, portando
al llegar una caja con su contenido, el cual me ordenó que pusiera a buen
recaudo en una de las cajas fuertes y al mismo tiempo me entregó un sobre que
tendría el mismo destino, es decir, ponerlo en la caja fuerte donde estaban
guardados los que me había ido entregando cada vez que salían de “El Encinar” y
me entregaba a su regreso , donde quedaban reflejadas con todo lujo de detalles
cada faena realizada.
Una vez realizado un análisis completo de la compra de “El Encinar”
calculamos que con lo que obtuviéramos de la venta del corcho y de la leña de
esa temporada, quedaba dinero de sobra y por lo tanto Don Patrocinio había
hecho uno de los mejores negocios de su vida.
Al atardecer todo el personal que presta servicios en “El Encinar” quedó
convocado en la sala de vídeo conferencias para que asistieran a los
comunicados que Don Patrocinio Herrero Zapatero tenía que hacerles.
Llegada la hora y estando todo el personal en la sala de vídeo conferencias
no se realizó ninguna lectura, Don Patrocinio reveló que El Juez había
sobreseído la querella que en su día puso por la denuncia falsa que Bibiana
Ahuído le había puesto, que él había sido condenado a cuatro meses de cárcel
por comunicarse con ella a través de facebook, eludibles por una cuantía en
dinero, a razón de 12 € por día, había hecho frente al pago al día siguiente de
comunicárselo su procuradora y no podía portar armas durante un año y tampoco
podía comunicarse con Bibiana Ahuído durante dos años, ni acercarse a ella a
menos de doscientos cincuenta metros de distancia. Así mismo comunicó que se
había fijado la fecha para la celebración del juicio oral por la denuncia que
Bibiana le había puesto por amenazas.
Acto seguido ocupó el atril Don Zacarías Moro Moro quien desenvolvió la
caja que había traído de su ultima escapada de “El Encinar” regalando a Don
Patrocinio el contenido de la misma, que no era más que un orinal antiquísimo,
realizado en plata pura y que en sus tiempos solamente podían permitírselo los reyes
y los grandes terratenientes, tal y como Don Patrocinio era ahora, un rico
terrateniente, pues según las escrituras “El Encinar tenía más de treinta mil
hectáreas y por lo tanto y debido al napalm que Don Patrocinio orinaba no podía
tener a su disposición un “perico” de menor categoría.
Don Patrocinio recogió el regalo totalmente emocionado y con él se dirigió
a su habitación, dándose por terminada la reunión. Ante la condena sufrida por
Don Patrocinio todos salieron de la sala mohínos.
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