Capítulo.-52
Las comadrejas.
El ambiente en el encinar
está que arde y no precisamente por las temperaturas veraniegas, la sala de
video conferencias, a raíz del partido entre España y Portugal, ha quedado en
muy mal estado, los asiento tienen profundos arañazos, de tal profundidad, que
varios asientos necesitan cambiarse por otros nuevos, el parquet hay que
acuchillarlo o incluso cambiarlo en alguna de sus partes, excepto el espacio
ocupado por los cuatro rollos de alambre de espino, el resto del espacio
presenta arañazos de tal calibre que parece que lo hubieran arado, todo ello
debido a los arañazos que por parte de las dos aficiones produjeron cuando se
acercaban unos a otros para increparse y no se llegó a las garras por la precaución
que tuvo Don Patrocinio al extender, y para separar a las dos aficiones, el
alambre de espino acerado.
Todo esto conlleva unos
gastos, que una vez reparados los desperfectos, ya ha anunciado Don
Zacarías a primera hora de la mañana, que se le descontará a cada miembro que
asistió al partido la parte correspondiente y a todos por igual, él
incluido, de las próximas seis nóminas.
Hoy, y una vez que
les ha comunicado lo anterior, ha distribuido el trabajo del día. Mañana todos
ustedes se tienen que dedicar en exclusiva a la caza de las comadrejas que han
invadido el encinar y nos están dejando sin ratones de campo. Pago cada
comadreja a diez €.
A Lázaro le ha ordenado que
confeccione una lista de plantas medicinales, con el fin de sustituir los
medicamentos que la ministra de sanidad (me ha ordenado que lo ponga en letra
minúscula) ha quitado. Le ha advertido que no puede incluir en la lista dos
plantas, ni marihuana ni la “nepeta cataria”.
Acto seguido ha llamado a
Akila y le ha preguntado que si por casualidad conoce al presidente de
Venezuela y su forma de gobernar.
Akila ha contestado que no,
que ni conoce al presidente de Venezuela y menos su forma de gobernar.
Pues hoy –dijo Don
Zacarías- aunque no conozcas al presidente de La República Bolivariana de
Venezuela, si vas a conocer su forma de
gobernar, las más de dos hectáreas que tienes acondicionadas para sembrar
plantas, te las expropio, se necesitan para sembrar las plantas que Lázaro
recomiende, todo con el buen fin de que esta comunidad que en el encinar
trabaja, disponga de plantas medicinales cuando se necesiten.
Don Zacarías –dijo Lázaro-
¿puedo poner en la lista la planta llamada cáñamo?
¡NO¡ o es que crees que no
conozco las propiedades de esa planta, si se te ocurre ponerla en la lista, no
la vas a emplear más que para una cosa, para hacer un buen cordel con ellas y
con él te ahorco.
Todos a trabajar –ordenó-
y mañana no admito menos de diez
comadrejas por gato. Mañana tenemos una lectura de larga duración y la jornada
laboral será reducida. Por supuesto que las comadrejas cazadas se pagan al
contado en el momento de presentarlas.
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